Te doy la bienvenida a esta PsicoGuía donde abordaremos el concepto y metodología de “El Juego Interior” desarrollado por Timothy Gallwey. Conocerás los dos juegos que existen a través de un ejemplo práctico, descubrirás el estado natural de aprendizaje, tomarás conciencia de tus dos «yoes» y sabrás cuál es la habilidad clave para desarrollar tu juego interior. Interesante ¿verdad? Comencemos…
Gallwey nos enseña que existen dos juegos:
En cada actividad humana hay dos ámbitos de actuación: el externo y el interno. El juego exterior se juega en un escenario externo para superar los obstáculos externos para alcanzar un objetivo externo. El juego interior se lleva a cabo dentro de la mente del jugador y se juega contra varios obstáculos como el miedo, la duda, los lapsos de atención, y la limitación de conceptos o suposiciones. El juego interior se juega para superar los obstáculos autoimpuestos que impiden a la persona o equipo acceder a todo su potencial.
1. CONOCIENDO LOS DOS JUEGOS
Si prestas atención a tu día a día verás que nos movemos en dos ámbitos de manera paralela: nuestra dimensión interna (todo lo que está ocurriendo en la mente) y nuestra dimensión externa (todo lo que sucede en el escenario exterior). Es decir, siempre estamos jugando dos juegos:
1.1. El juego exterior
Nos los encontramos en cualquier acontecimiento de nuestra vida. En este juego aparecen dificultades, obstáculos externos a “superar” y objetivos externos de lo que deseamos conseguir.
1.2. El juego interior
Sucede en nuestra mente mientras se desarrolla el juego exterior. Pueden ser pensamientos, interpretaciones, valoraciones, juicios, ideas preconcebidas,… Generando lo que llamamos obstáculos internos como miedo, duda, ansiedad, rabia, distracción, falta de confianza, resignación…
1.3. Ejemplo práctico: el tenis
Esta distinción entre estos dos juegos la identificó Tim Gallwey cuando entrenaba a sus alumnos/as. Observó que estaban inmersos/as en dos juegos cuando aprendían a jugar al tenis. Estos dos juegos se pueden encontrar en cualquier actividad que queremos aprender o mejorar, en cualquier desafío al que nos enfrentemos o cualquier escenario de nuestro día a día.
Con el ejemplo del tenis podemos ver claramente estos dos juegos:
A/ Juego exterior: donde ponemos nuestra atención y nos enfocamos. Es aquello que deseamos mejorar.
- Escenario: pista de tenis.
- Herramientas: raqueta, pelota, ropa deportiva, calzado…
- Oponente: adversario, contrario, “enemigo”…
- Técnica: efectos, golpes…
- Movimientos
B/ Juego interior: sucede dentro de la mente del alumno/a, mientras intenta ganar el partido o aprender su juego exterior (jugar al tenis).
- El análisis crítico sobre nuestro desempeño en la pista, es decir, la valoración, evaluación e interpretación que hacemos mientras jugamos al tenis, determina que ganemos o perdamos el partido o la dificultad que vamos a tener a la hora de aprender.
Tim se dio cuenta que cuando estamos aprendiendo a jugar al tenis conocer las herramientas, lugar, oponente e ir desarrollando las habilidades técnicas no era lo importante. La clave estaba en lo que sucedía en la propia mente del jugador/a. Su juego interior facilitaba o interfería en la adquisición de sus habilidades y capacidades según su nivel de juicios, críticas, actitudes negativas…
Por lo general cuando aprendemos cualquier actividad nos enfocamos únicamente en el juego exterior. Tim comprobó que esta manera de enseñar hacia que fuera más difícil aprender. Por lo que optó disminuir el nivel de interferencia mental al máximo a través de proponer al alumno/a que centrara toda su atención en el bote de la pelota o alguna indicación similar. El poner la atención relajadamente en la pelota, permitía que la mente quedara libre y la persona realizaba a la primera correctamente el movimiento de cualquier golpe, previamente el profesor les había indicado visualmente la forma de hacerlo.
Vivimos con la creencia de que tenemos que mejorar una habilidad, de que no somos suficientemente buenos/as… por lo que nos esforzamos más y más. Sin embargo resulta que cuando nuestra mente tiene la atención relajada en un punto, es decir, no nos genera interferencia, salen nuestras capacidades naturales con mucha mayor facilidad.
Cuando se produce la conexión entre los juegos interior y exterior, el estrés disminuye, el rendimiento mejora y el aprendizaje se produce de manera natural, disfrutando más de la actividad. En el mundo del deporte esto lo llaman “jugar en la zona”. El juego interior consiste en aprender a jugar en nuestra “zona” en la vida diaria.
1.4. El estado natural de aprendizaje
Tim Gallwey a través del entrenamiento en distintas disciplinas deportivas, observó que existe una sabiduría natural del cuerpo a la hora de aprender. Simplemente tenemos que fijarnos en como los niños y las niñas aprenden a andar, sucede de una manera natural no a través de instrucciones verbales de cómo poner el pie derecho, de cómo mover el cuerpo hacia delante,… No existe autocrítica tan solo intentos y correcciones que el niño o la niña va haciendo.
Tim Gallwey después de su observación infirió que existe un estado natural de aprendizaje y disfrute al que puede acceder el ser humano cuando estamos libres de inhibiciones, dudas y miedos. En este estado tienes acceso a todos los recursos innatos. Si mantenemos nuestra mente enfocada y relajada podemos encontrar soluciones y vivir más auténticamente.
Tenemos la capacidad natural de satisfacer necesidades esenciales. Nuestra capacidad de aprender nos acompaña durante toda la vida. Los niños y las niñas aprenden a andar, hablar y jugar gracias a su capacidad de disfrutar y a su curiosidad. Estos procesos son naturales y placenteros.
Una pregunta… ¿Quién crees que aprende antes a esquiar una persona adulta o un/a niño/a? ¿Por qué?
- A través de una pequeña investigación de campo se observó que los niños y las niñas aprendían a esquiar en un día. Disfrutando del aprendizaje. Sus mentes fluían con la actividad sin interferencias.
- En cambio el aprendizaje de las personas adultas estaba determinado por su nivel de análisis verbal, de crítica a sus capacidades y de su confianza interior. Y justo por eso solían tardar más en aprender.
Tu aprendizaje, avance y crecimiento va a depender de este análisis interior que realizas cada vez que juegas un juego exterior.
2. REFLEXIONANDO SOBRE LOS DOS JUEGOS
El juego interior se compone de pensamientos, sentimientos, emociones, valores, actitudes y creencias. Actuamos de modo inconsciente o automático cada día sin tomar conciencia de lo que está sucediendo en nuestra mente.
Si te fijas en tu juego interior se encuentran los verdaderos obstáculos que bloquean tu crecimiento y avance personal. El juego interior refleja la “lucha” que cada uno/a tenemos con nuestras propias limitaciones mentales e imperfecciones. Nuestro oponente es interno.
Algunos de los obstáculos internos pueden ser: falta de confianza, miedo perder, exceso de expectativas, creencias irracionales, falta de concentración, rigidez mental, falta de auto-observación, resistencia al cambio, confusión…
El juego exterior es el efecto o resultado de la gestión y dominio de nuestro juego interior. Vemos fuera el resultado de nuestra manera de pensar y de entender el mundo, seamos conscientes de ello o no. Nuestras manifestaciones físicas y resultados son determinados por nuestro juego interior y por tanto este determina nuestro bienestar integral.
Desde pequeños/as se nos enseña a únicamente prestar atención a lo que ocurre en el mundo exterior, a centrarnos en los resultados externos y nuestra mirada se desplaza fuera de nosotros/as.
Vivimos hipnotizamos o «idiotizados» intentando esforzados en cambiar circunstancias externas a través de la manipulación, el sacrificio, la resignación, la modificación de conducta… Nos centramos en tener más cosas, en tener más habilidades, en controlar el escenario, en conocer a nuestro “enemigo” para vencerlo y en defendernos de los obstáculos externos. Sin prestar atención a nuestro diálogo interior que determina las circunstancias y acontecimientos que estamos viviendo. Lo que pensamos y sentimos es lo que facilita o interfiere en nuestro avance personal.
Dominar tu juego interior te permite atravesar los desafíos de la vida sin estar constantemente sometidos/as al estrés crónico. La clave está en saber que podemos elegir cómo mirar lo que nos sucede en el mundo exterior, cómo definirlo, qué significado dar a las circunstancias externas y cómo reaccionar a ellas. El juego interior se basa en la premisa de que cada persona tiene la sabiduría interna necesaria para evitar dejarse arrastrar por las frustraciones y los miedos.
3. LOS DOS «YOES»
Tim Gallwey encontró que dentro de cada jugador/a existen dos “yoes”. La relación que existe entre ambos es el factor principal para determinar nuestra capacidad y para convertir nuestro conocimiento de la técnica en acción efectiva y fluida.
En nuestra mente se genera un diálogo interno. Para que este diálogo se produzca es necesario que haya un hablante y un oyente. Un receptor y un emisor. Por tanto nuestro juego interior se compone de dos “yoes” que se comunican.
Siguiendo con el ejemplo del tenis podemos observar claramente:
- Yo número 1: es quien da las órdenes y evalúa la ejecución de la misma. Ordena, juzga y se preocupa. Es quien dicta cómo debemos jugar y juzga si lo hacemos bien o mal. Interfiere en nuestro juego y hace que nuestro rendimiento disminuya.
- Yo número 2: es quien parece ejecutar las órdenes del yo 1. Es quien ejecuta los golpes, quien actúa y quien experimenta el juego. Cuando es libre de interferencias del yo 1, es decir, la mente permanece en silencio se vuelve uno con sus actos y nuestro rendimiento aumenta.
Gawlley nos dice:
Me di cuenta de que, mientras uno intenta aprender a jugar al tenis, uno mantiene una continua conversación consigo mismo. Una parte de este monólogo interior está basada en el miedo y en la duda de sí mismo, y ayuda a crear un entorno poco propicio para el buen desempeño del jugador. A esa voz interior crítica y controladora la llamé «yo número 1» y al yo que tenía que golpear la pelota, «yo número 2». Rápidamente constaté que, cuanto menos monólogo crítico y controlador hubiera, mejores eran los golpes. Cuanto más confiaba en el potencial de mi yo número 2, mejor era mi juego y, al mismo tiempo, más silencioso se quedaba mi yo número l. Esta parte del Juego Interior no ha cambiado con el tiempo, y nunca cambiará mientras los seres humanos se vean afectados por miedos, dudas y distracciones de la mente.
Mi experiencia a lo largo de los años ha hecho que aumentara enormemente mi admiración por la capacidad para aprender que tiene el yo número 2. Al mismo tiempo, siento un mayor respeto por la persistencia y la inventiva del yo número 1 para encontrar nuevas formas de estorbar. También descubrí que el yo número 2 es mucho más que el ejecutor de la acción. El yo número 2 es capaz de experimentar toda una amplia gama de sentimientos, los cuales representan el aspecto más humano de la vida. Estos sentimientos pueden ser explorados en los deportes, las artes, los negocios, y en muchas otras actividades. El yo número 2 es como una bellota que puede parecer muy pequeña cuando se descubre por primera vez, pero que tiene la increíble capacidad de convertirse no sólo en un espléndido árbol sino en un bosque entero, siempre y cuando encuentre las condiciones adecuadas.
4. LA HABILIDAD CLAVE EN EL JUEGO INTERIOR
La habilidad clave a desarrollar en el juego interior es la “conciencia libre de juicio”. Cuando conseguimos “des-aprender” nuestra tendencia a juzgar, descubrimos que no necesitamos la motivación de un crítico interno para cambiar nuestros “malos” hábitos. Existe un proceso natural para aprender y actuar que se encuentra a la espera de ser descubierto. Esta listo para mostrarnos lo que puede hacer cuando se le deja operar sin la interferencia del “yo” que todo lo juzga.
La propuesta práctica que te hago en esta guía es una invitación a reflexionar sobre nuestra “adicción” a los juicios. A continuación la puedes leer y descargar:
Si te ha resultado interesante conocer “El Juego Interior”, te recomiendo los libros de Timothy Gallwey: “El juego interior del estrés” y “El juego interior del tenis”.
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